En el principio no había nada. Era una nada absoluta que nos resulta imposible de comprender. Podemos imaginárnosla como una semejanza con las enormes y heladas regiones intergalácticas del universo actual, pero incluso en esos lugares se encuentran átomos dispersos y el espacio que ocupan es cruzado continuamente por diferentes tipos de radiaciones. Además, estas regiones casi vacías están sujetas por la invisible estructura del universo y responden al inaudible reloj del tiempo. Hace muchos, muchísimos años, no había materia ni radiación; ni siquiera existía el espacio, y el tiempo no transcurría.
martes, 4 de marzo de 2008
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